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Nunca hubo escritor
que definiese en un título la más cruel y dura de las realidades; pues
no en vano el búlgaro, Estamula Estamala, se sumerge con su obra en los
chorrochingos bochornosos de una putrefacta
democracia, donde los fiscales, cual
paladines y guardianes del Santo Truhan,
se baten en fiero duelo con todo infiel u bicho
viviente que ose siquiera señalarlo con el dedo; y
donde los jueces, cual caballeros cruzados del Temple, se empolvan de
mierda sus togas, para medrar en tropel a la defensa del Gran Maestre,
y que por cierto no sabe el inglés.
La escena se sitúa
en un país ficticio, a quien Estamula Estamala pone por nombre "Jodilandia",
cuya estructura democrática estaba basada en la fe ciega en sus
políticos y gobernantes, y en la veneración y el culto al sistema
establecido, que no era otro que joderse y aguantarse en aras del bien
común y de la sociedad perfecta predicada.
En este contexto,
cuasi utópico por antonomasia, el escritor
búlgaro pone en escena a "Mister Equis
Equis Ele", un iluso presidente con cara de polla
boba, cuyo único anhelo en
esta vida era el de hacerse una foto con "Orrana", mandamás del mundo
y símbolo de la esperanza de un nuevo orden planetario, sustentado en
seguir chupando del pobre para enriquecer más al rico; algo novedoso
de cojones e inusitado en estos tiempos.
El humor se hace
carne en el libro, al tiempo qué, Estamula Estamala, desentraña los
entresijos de una corruptela de la alta política, ya qué a las puertas
del Congreso fue detenido el lider de la oposición por hallarse en
poder de un paquete de folios DINA-4 con 500 hojas, y de un bolígrafo
marca BIC de punta fina, y que al parecer sustrajo de
manera totalmente ajena e involuntaria.
Por
el
contrario,
lo
dramático,
va
hiriendo
de
hito
en
hito
en el
alma
del
lector,
que
se
ve
reflejado
en
la
masa
informe
y
populachera
de
una
ciudadanía
que
merece
su
castigo
a
tenor
de
su
desídia;
pues
desidiosos
somos
nosotros
por
aceptar
de
rodillas
las
migajas
de un convenio que es convite del poder.
¡El
Poder!!. Ese cabrón que te parte el alma cantándote las cuarenta.
Ese
ladrón que te roba tu ser y que te chupa tu cuenta.
Ese
mamón que te jode también con su porra y con su verga.
Estamula
Estamala,
en
otro
orden
de
cosas,
establece
la
aceptación y
la resignación del
ciudadano
de
Jodilandia
a
ser
número
o
dígito
de
un
sistema
binario,
en
el
que
nadie
escapa
de
ser
un
triste código
de
barras,
o
el
porcentage
de
una
estadística,
o
un
mero
cálculo
sobre
intención
de
voto;
en
cuyo
maremagnum
se
manda en la
gente
a golpe de click.
Llama
poderosamente la atención la ingeniería literaria desplegada por el
escritor búlgaro Estamula Estamala, quien a la sazón de derroches y
corrupciones hace aparecer al
"Cruzado Mágico", un
caballero bueno, noble y valiente que agarró la lanza en defensa de su
casa y del honor de su familia; dejándose la vida en el empeño ante
los oídos sordos de los tribunales.
Del
Cruzado
Mágico
se
narran
en
el
libro
mil
peripecias
y
mil
aventuras;
siendo
la
más
señalada
aquella
que
cuenta
su
devenir
por
los
palacios
de
justicia
y
por
los
palacios
del
gobierno,
para
lanzar
sus
quejas
del
alma
como
saetas
desgarradas
que
silencian
el
tambor.
Y
triste
acaba
la
historia
del
Cruzado
Mágico,
cuyo
cuerpo
presente
yacía
en un féretro
a
las
puertas
de
los
juzgados
de
una
pedanía
de
Jodilandia.